Huerta ecologica
¿Cómo hacer una huerta ecológica en permacultura?

Para llevar a cabo su permacultura, es importante tener en cuenta tres grandes etapas:
- Observar el suelo: el tipo de suelo (arenoso, limoso, arcilloso, calcáreo, humus) puede impedir el buen crecimiento de ciertas plantas a pesar de todos tus esfuerzos. Por ejemplo, un suelo arenoso retiene poca agua y, por tanto, requiere plantas capaces de resistir la sequía, como las adelfas. La exposición del terreno, así como el clima (oceánico, mediterráneo, continental…) también pueden influir. Piensa en el tamaño y la forma del terreno (número de m2 disponibles, presencia de pendiente o loma…) para optimizar su disposición.
- Definir las expectativas: pregúntate qué quieres y necesitas: ¿plantas medicinales para tu naturopatía? ¿Frutas y verduras todo el año? Pregúntate también por tus recursos y capacidades: ¿cuál es tu presupuesto? ¿Cuánto tiempo piensa dedicar a la semana a la jardinería? ¿Tienes un pulgar verde?
- Diseñar el espacio de forma holística e inteligente: si tienes un buen espacio, piensa en zonificarlo en función de la energía necesaria. Si tu fuente de agua está a 10 minutos a pie de tu huerto, es posible que no vayas a regarlo a menudo. ¿Quiere dar la impresión de una parcela más grande? Evite las esquinas duras y prefiera las curvas a la hora de zonificar su jardín.
Consejos para identificar su tipo de sueloObservando las plantas que crecen de forma natural en tu jardín, puedes hacerte una idea del tipo de suelo que tienes y de las especies que debes elegir para limitar el uso de productos. Los dientes de león prosperan en suelos de humus, las margaritas en suelos arcillosos y ácidos, y las amapolas en suelos calcáreos.
Consejos para organizar su espacioPon cerca de tu casa lo que requiere atención como tu huerto de recolección (fresas, plantas aromáticas, tomates…) y lejos, lo que requiere menos vigilancia como tu huerto de recolección (calabazas, calabacines, patatas…) o tus animales. Piensa en la ubicación de tu compost, a menudo poco estética, más bien maloliente y que atrae a muchos insectos.
Así, cada uno puede realizar su propia permacultura, según sus proyectos, sus necesidades y su terreno. ¡Un poco de creatividad y de adaptabilidad y ya está!
Herramientas y técnicas de la permacultura
La permacultura nos invita a observar e imitar la naturaleza para mezclar lo útil con lo agradable. Varias técnicas de permacultura son fáciles de poner en marcha para cultivar un jardín diferente:
- Provocar la ayuda mutua: la milpa (o «las tres hermanas») es una práctica ancestral mesoamericana que combina tres tipos de cultivos: maíz, frijol y calabaza. El maíz sirve de estaca para el frijol y le protege del sol. El frijol enriquece el suelo con nitrógeno gracias a sus raíces. La calabaza mantiene el suelo húmedo, limita la erosión y evita el crecimiento de las malas hierbas.
- Combinar olores para atraer o repeler: entre las hierbas, el cebollino mantendrá alejado al escarabajo de la patata, que puede devastar su cultivo. En cuanto a las flores, las caléndulas repelen las hormigas y los pulgones.
- Diversificar todo lo posible: aprovecha la existencia de una multitud de variedades diferentes para cada especie para fomentar la diversidad animal y vegetal. Esto ayudará a su jardín a desarrollar su «sistema inmunológico».
- Hacer que el espacio rime con la densidad: las plantas necesitan más o menos espacio para crecer. Por ejemplo, deje unos 70-80 centímetros entre cada una de sus tomateras. Sin embargo, ¡este espacio no tiene por qué estar vacío! Por el contrario, aprovecha la oportunidad para sacar el máximo partido a tu espacio y reforzar el equilibrio natural. Plantar las lechugas junto a los tomates las protegerá del calor. La albahaca mantendrá alejados a los parásitos (mosquitos, moscas, etc.).
- Reutilizar los residuos animales y vegetales: uno de los primeros buenos hábitos a adoptar es la creación de un compost. Si tiras tus peladuras al contenedor, acabarán en la basura doméstica para ser incineradas y contribuirán a la contaminación. ¡Qué desperdicio! Estas cáscaras podrían fertilizar su suelo y eliminar la necesidad de comprar abono. No es necesario ir al centro de eliminación de residuos para llevar los recortes de hierba y las «malas hierbas» (no cargadas de semillas).
¡No existen las «malas hierbas»!Muy a menudo nos referimos a una planta como «mala hierba» cuando crece de forma espontánea, cuando desconocemos su nombre y sus diversas funciones, o cuando simplemente no la encontramos atractiva. Sin embargo, estas malas hierbas pueden albergar y alimentar a insectos reguladores como las mariquitas, servir de abono y mantillo para el suelo o incluso cocinarse (sopa de ortigas o de diente de león). Deshierbar el huerto es esencial, pero deshierbar otras zonas no es necesario.
La permacultura requiere buenas herramientas:
- La horca de doble mango permite levantar la tierra para airearla sin voltearla y, por lo tanto, sin destruir las galerías construidas por las lombrices a través de las diferentes capas del suelo. Estos animales fertilizan tu jardín, así que no destruyas su hábitat subterráneo.
- El gancho le permitirá nivelar sus parcelas a cultivar, pero también extraer fácilmente las piedras grandes.
- La azada le ayudará a hacer surcos para preparar la siembra, a arrancar plantas de hortalizas viejas o a cavar agujeros para plantar.
La permacultura no es una doctrina que deba seguirse con exactitud. De hecho, muchos abogan por el acolchado para mantener el suelo fresco y húmedo para las plantas. Sin embargo, esta cubierta puede atraer a las babosas, que pueden hacer estragos en tus jóvenes plántulas. Para evitar este inconveniente, algunos recomiendan sembrar las plantas en suelo desnudo y acolcharlas cuando se hayan desarrollado bien (por ejemplo, la lechuga) o protegerlas con otras plantas (sembrar las puntas de los rábanos para resguardar las zanahorias). En cualquier caso, evite en lo posible el uso de productos y desconfíe de los llamados «ecológicos», que pueden esconder una práctica de greenwashing.