Bioconstrucción
La permacultura no se trata únicamente de la construcción de casas con materiales orgánicos, sino que es un concepto mucho más amplio que busca el desarrollo de ambientes sostenibles, y en ellos son fundamentales el uso de energías renovables y procesos cíclicos.
La base de la permacultura es el uso de los recursos naturales con responsabilidad y ética, priorizando el cuidado de la tierra y fomentando un estilo de vida saludable. La permacultura busca con esto mejorar la calidad de vida del ser humano (y todas las vidas) y proteger la biodiversidad.
La agricultura orgánica es otro ejemplo de la aplicación de la permacultura para proyectos ambientales. A diferencia de los métodos tradicionales, que buscan el máximo rendimiento posible del suelo, lo que se prioriza en la agricultura orgánica es la salud de todas las partes involucradas en el proceso, tanto de la tierra, como de quienes la trabajan y los que consumen el resultado, produciendo alimentos libres de componentes nocivos.
Todos podemos poner en práctica la permacultura, ya que para eso no es necesario tener un gran parque ni construir una vivienda. Reciclar, compostar productos orgánicos para reutilizar como abono, y hacer una huerta casera, por más pequeña que sea, son todas acciones de consciencia ecológica.
Los hábitos saludables que implementes, como el deporte y la alimentación consciente, reduciendo el consumo de procesados y productos derivados de los animales, son un cambio positivo para todos.
Conocé más en el artículo sobre Qué es la permacultura y cómo ponerla en práctica y qué es el desarrollo sustentable.
La permacultura en la construcción de casas
Principios de la bioconstrucción
La anteposición de los intereses económicos por sobre el cuidado del lugar en el que vivimos está produciendo un rápido deterioro ambiental que todos notamos. Cada vez somos más conscientes y se hace más evidente que la destrucción de espacios verdes que son el pulmón del planeta como la selva amazónica, la selva de Borneo y tantos otros lugares no son problemas que pasan en algún lugar alejado del mundo con el que no tenemos relación, sino que nos afectan directamente.
La bioconstrucción es parte de este cambio de hábitos tan necesario, buscando vivir en un lugar que se sirva de recursos renovables y que no contribuya a la explotación ambiental.
En términos amplios, el objetivo de estas construcciones y modo de vida es el bienestar general: tanto físico como espiritual para las personas que viven en ellas, como medioambiental al emplear técnicas de arquitectura sustentable.
Aunque se trate de un pequeño espacio en el que solo vive una persona, toda acción, por más mínima que parezca, es importante en el corto y largo plazo.
Reutilizar, reciclar y reducir, la ley de las tres R, es el principio indispensable de la bioconstrucción. Las casas ecológicas se orientan para tener el máximo aprovechamiento de la luz solar, acumulan agua de lluvia para utilizarla, y buscan autogenerar la mayor cantidad posible de la energía que se utiliza, principalmente a través de paneles solares.
La reducción de los residuos es otro pilar, buscando como ideal el desperdicio cero. No se trata solo del reciclaje como lo conocemos, ya que solo una parte de todo el vidrio o plástico que se divide en las ciudades puede ser efectivamente reciclado, sino de reducir al mínimo el uso de envases descartables y productos empaquetados o reutilizarlos, y como vimos, hacer compost de los desechos orgánicos.
Dentro de lo posible, también es importante el espacio para tener una huerta orgánica, intentando cosechar los alimentos que se consumen.
Materiales utilizados
Utilizar materiales renovables propios de la región, de rápida recuperación y reciclados es fundamental. Algunos como el adobe, la paja, el bambú, el corcho y la madera de bosques sostenibles son de los más usados.
La permacultura aplicada a la construcción no se limita solo a los materiales, porque de nada serviría vivir en una casa ecológica si no se tiene un respeto integral por el entorno. El reciclaje, reutilización, compostaje, uso de energías verdes y moderación en el consumo de agua potable y electricidad son igual de claves.